Cuenta la leyenda que Madeira es isla de navegantes, naufragios y piratas, isla de mitos, cuentos y leyendas. Una isla envuelta en pura magia que nos transporta a un mundo de fantasía como si de un mismísimo cuento se tratará. ¿Te apetece conocer este lugar tan misterioso y mágico?, pues Yu Travel te presenta alguna de las leyendas más famosas de la isla. ¿Estás listo para adentrarte en un mundo de mitos y cuentos? Pues allá vamos.
LOS AMANTES DE MACHICO
Machico, una de las principales ciudades de Madeira, cuenta con una de las historias más románticas de la isla. Según la leyenda, Roberto Machim es un joven aventurero enamorado de una joven inglesa de origen noble llamada Ana d’Arfet, cuyo amor era correspondido pero prohibido por la familia de ella. Juntos decidieron huir rumbo a Francia, pero una gran tempestad interrumpió su viaje y atracaron en la costa de Madeira. Posteriormente los jóvenes enfermaron y se murieron. Primero ella, hecho que impulsó a Roberto Machim a construir una cruz donde escribió su historia y posteriormente a los pocos días murió él. De ahí la historia que los primeros restos humanos que encontraron los colonos en la isla fueron los de ellos, lo que origino el nombre de la ciudad.
EL TESORO DEL PIRATA KIDD
Como toda isla, Madeira también esconde su gran tesoro. Una de las leyendas de piratas más famosas, la del botín del pirata capitán William Kidd. Cuenta la leyenda que el Capitán William Kidd, uno de los bucaneros más ricos del mundo, dejo sus tres años de robos en algún rincón de la isla más grande de las islas Selvagens. No dudes en visitarla, igual eres el afortunado de llevarte el botín.
LEYENDA DE SAN SILVESTRE
Si quieres conocer una de las leyendas más bonitas de la isla, sin duda, esa es la de San Silvestre. Son muchos los madeirenses que dicen que la isla del archipiélago atlántico, Madeira, surge de una pequeña lágrima de la Virgen María, la cual se convierte en perla, cae al mar, originando la isla de Madeira. Según la leyenda, la Virgen María, llena de tristeza, lloraba por el hundimiento de Atlántida, hasta que San Silvestre se dio cuenta que sus lloros no eran lágrimas sino perlas, de las cuales una de ellas cae al mar justo en el mismo lugar de la antigua Atlántida, originando la isla de Madeira. Desde entonces, son muchos los que, durante la noche de San Silvestre, cuando suenan las doce campanadas, decían ver una luz especial en el cielo. Con el paso de los años esa luz desapareció, pero continúan sus fiestas de espectaculares fuegos artificiales.
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