Madeira es uno de esos lugares que dejan al visitante con la boca abierta, que despiertan todo tipo de sensaciones que convierten el viaje a la isla en una marea de emociones inolvidables. Madeira es amor, es sorpresa y es curiosidad. Pero si quieres saber más sobre cómo te sentirás durante tu visita a la isla, sigue leyendo porque te prometemos que tus caras se parecerán (y mucho) a las de estos emojis de Whatsapp.
Esta es sin duda una de las expresiones más comunes en cualquier visita a la isla. Una vez que pones un pie en Madeira es muy difícil cambiar esa sensación de paz, belleza y esplendor que rezuma Madeira por los cuatro costados. Sus acantilados, sus vistas, la naturaleza virgen… Madeira es sin duda un lugar que enamora y desprenderse de su hechizo es completamente imposible.
Totalmente enamorado 
Esta es sin duda una de las expresiones más comunes en cualquier visita a la isla. Una vez que pones un pie en Madeira es muy difícil cambiar esa sensación de paz, belleza y esplendor que rezuma Madeira por los cuatro costados. Sus acantilados, sus vistas, la naturaleza virgen… Madeira es sin duda un lugar que enamora y desprenderse de su hechizo es completamente imposible.
Hipnotizado 
Observa las vistas desde Cabo Girão o desde la Ponta de São Lourenço e intenta apartar la mirada: ¡Te garantizamos que será imposible! Madeira tiene lugares que desprenden un magnetismo especial, que querrás contemplar una y otra vez para grabarlos en tu memoria. La suave brisa marina, el color turquesa del agua o el olor a salitre son sensaciones que sencillamente hipnotizan a los visitantes.
Con una gran sonrisa 
Dicen que sonreír alarga la vida. Si esto fuera cierto, la isla de Madeira regalaría juventud a cualquiera que pusiera un pie en ella. Una conversación con los locales, un cóctel exótico en cualquiera de las terrazas de Funchal o un chute de adrenalina con las típicas bajadas en carros de cesto, son sólo tres de esas actividades que te dibujarán una sonrisa imborrable en la cara.
Babeando con la rica gastronomía madeirense 
Los amantes de la gastronomía y la buena mesa encontrarán en la isla su perdición. No te quedes sin probar su deliciosa sopa de trigo acompañada de un bolo do caco, el pan tradicional isleño untado con mantequilla de ajo. Además podrás degustar otros exquisitos platos llegados directamente del mar como las lapas, el sable negro o el atún; y también la famosísima Espetada. Estas son solo tres de nuestras propuestas para saborear la verdadera esencia de este paraíso atlántico, pero hay muchas más. ¡Se nos hace la boca agua!
Y al despedirse… un poco de llanto 
Sí, no podemos negarlo. Coger el avión de regreso a casa puede hacerte llorar, porque sin duda dejar atrás una tierra como Madeira no es fácil. Aunque sabemos que será complicado, intenta no pensar demasiado en el último paseo en barco o ese chapuzón al atardecer en las piscinas naturales de Porto Moniz. Si no lo consigues, ¿la solución? Enmarcar cualquiera de las fotos del viaje y, por supuesto, ¡empezar a pensar en tu próxima escapada!
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