La isla de Porto Santo ofrece numerosos atractivos: un arenal de nueve kilómetros de fina arena dorada, calor todo el año, ocio, gastronomía, actividades acuáticas y por supuesto golf, ¡mucho golf!. Un sitio idílico para los que practicamos este deporte, ya que además de intentar mejorar nuestro hándicap, disfrutaremos de paisajes increíbles y una ubicación excepcional.
El campo de golf de Porto Santo es un espacio diseñado por el famoso campeón español Severiano Ballesteros, todo un símbolo en esta disciplina. 6.434 metros cuadrados, 18 hoyos, con un par 6 par 3, 6 par 4 y 6 par 5 con vistas a la costa Sur y Norte de la isla. Ocupa una superficie que se extiende desde las inmediaciones de la capilla de San Pedro hasta la zona de Marinhas, ofreciendo a los jugadores unas vistas espectaculares sobre las costas de la isla.
Hay dos zonas diferenciadas en las instalaciones: la ruta del Sur, de estilo americano, en la que nos encontramos pequeños lagos, que exige un juego largo y preciso; la zona Norte, sin embargo, discurre alrededor de las cimas y zonas cercanas a los acantilados. Para rematar la jornada nada mejor que refrescarse en el club del campo, en el que además de poder tomar algo podremos descansar en la sauna y en el jacuzzi. Tampoco falta una tienda especializada para que puedas tener tu equipo siempre a punto.
Si va a ser tu primer contacto con este deporte, no te preocupes; el campo dispone de cursos para principiantes con monitores especializados que te contarán todos los trucos y técnicas para que iniciarte en el golf sea sencillo y divertido. Una de las actividades recomendadas para los que prueban por primera vez es el un circuito de 9 hoyos «Pitch and Put», una modalidad que permite circuitos con una duración aproximada de una hora y media, más sencillos técnicamente.
El campo acoge en numerosas ocasiones el Madeira Island Open Golf, prueba del Main Tour del PGA European Tour, al que acuden muchos profesionales de golf regionales, nacionales y extranjeros y cuenta con una gran afluencia de público.
Camina, practica, broncéate, abraza el Atlántico y vuelve a casa con el espíritu renovado después de tus vacaciones en Porto Santo.