Porto Santo, en el archipiélago de Madeira, es un destino muy popular en Portugal pero muy poco conocido en Europa, que poco a poco se posiciona como una de las islas más interesantes para disfrutar de tranquilidad, baño y mucho sol. Una playa de fina arena dorada de 9 kilómetros de longitud es la mejor carta de presentación para viajeros ávidos de vacaciones alejados del estresante ritmo del día a día, en busca de unos días en mitad del Atlántico. Dotada con Bandera Azul desde 1992, todos los años es reconocida con la “Qualidad de Oro” por la Asociación Portuguesa del Medio Ambiente y también fue votada la mejor “playa de dunas” en el concurso “7 Maravillas de Portugal”.
La isla de Porto Santo tiene un clima seco y soleado, con temperaturas de entre 17 y 22 grados todo el año. Está rodeada por aguas tranquilas y de bonitos tonos turquesas, perfectas para nadar y disfrutar del océano. Como ingrediente que completa la atractiva oferta, la arena de su extensa playa dispone de propiedades terapéuticas difíciles de encontrar, recomendada en tratamientos de salud y bienestar.
Deportes al aire libre, naturaleza talasoterapia y buena gastronomía
El que algunos ya denominan el nuevo Caribe europeo, dispone de una variada oferta de actividades directamente relacionadas con los recursos naturales de los que dispone la isla.
– Las aguas que bañan Porto Santo son ricas en calcio, yodo y magnesio, elementos básicos para la talasoterapia, y que nos ayudarán a recobrar los minerales que la vida moderna nos hace perder. Relajarse mientras nuestro cuerpo se recupera, nutriéndose de todo lo que el Atlántico nos puede aportar.
– Con una riqueza natural tan interesante, era lógico que la oferta turística se completase con actividades al aire libre de toda índole: golf, tenis, paddle, vela, paseos en barco, canoa, remo, jet ski, esquí acuático, windsurf, kitesurf o recorridos en bici o moto. ¿Quién no se apuntaría a una pequeña aventura recorriendo los cerca de 43 km2 de la isla? Hacer un poco de deporte nunca nos vendrá mal, sobre todo cuando el aire que respiramos es puro y rico en yodo.
– Porto Santo dispone de tradición culinaria propia que se entremezcla con las influencias gastronómicas portuguesas. ¡Solo pensarlo nos debería abrir el apetito! Una gran variedad de pescados y frutos de mar acompañados de verduras, hortalizas y frutas frescas, todo ello regado por un gran vino de la zona.
Porto Santo es un diamante en bruto a punto de ser descubierto. Adelántate, vive de cerca el Caribe europeo y aprovecha para cuidarte por dentro y por fuera. Conoce la isla en la que residió Cristóbal Colón antes de descubrir las américas mientras descansas en el bonito arenal que se ha convertido en todo un emblema de este paradisíaco destino.